Italia es, seguido de España y Francia, el mayor productor de vino del mundo. Entre ellos se disputan el primer lugar de año en año.
Es un país con una enorme diversidad de tierras de cultivo, además es uno de los países con mayor cantidad de variedades autóctonas, más de 500, que unido a su antigua cultura gastronómica y otros factores, hace que se elaboren algunos de los mejores vinos y licores a nivel mundial.
Hablemos de las denominaciones de origen del vino italiano, de algunas de sus regiones y sus uvas.
Todo comenzó con los griegos, que se establecieron en la Italia meridional, donde encontraron el clima perfecto y excelentes condiciones para el crecimiento de la uva. A las colonias que allí se asentaron las llamaban Enotrios, y de ahí se dice que derivó el término Enotria (tierra del vino) con el cual nombraron al sur de Italia en aquel tiempo. La tradición que desarrollaron los griegos continuó con los romanos y se extendió, con nuevas técnicas de viticultura, vinificación y conservación del vino, ampliándose a todo el territorio.
Además de contar con una larga historia en el mundo del vino, los niveles de calidad en Italia se mantienen excepcionalmente altos. Los italianos han desarrollado un Sistema de denominaciones de origen con el objetivo de categorizar y garantizar la calidad y el origen de los vinos, que actualmente se engloba en las siguientes cuatro:
VDT (Vinos di Tavola, en español “Vinos de mesa”): Es la clasificación más básica. Se identifican únicamente por tipología y nombre de bodega y en su etiquetado no pueden incluir información relativa a la añada, zona de procedencia o variedad. Por ley deben esperar tres años antes de convertirse en IGT.
IGT (Indicación Geográfica Típica): Su principal característica es la zona geográfica. No suelen tener exámenes tan estrictos, lo determinante es la región en la que se producen.
DOCs (Denominación de Origine Controlada): La calidad de los vinos en esta denominación se determina en función de la cepa y el área en la que se producen y tienen que pasar una serie de controles de análisis químicos y sensoriales por parte del estado. A su vez deben superar un examen de cata y se permite su producción a granel, a diferencia de los DOCGs.
DOCGs (Denominación di Origen Controlada y Garantizada): Esta denominación únicamente se otorga a vinos de calidad superior. Para obtenerla, debe haber alcanzado un notable prestigio durante al menos 5 años y estar previamente clasificado con la clasificación (DOC). Debe comercializarse en recipientes de menos de 5 litros y tener la garantía del estado en cuanto a su origen y calidad.
Además de las denominaciones anteriores, en 1970 surgió el término “Super Toscanos” para describir vinos toscanos de alta calidad que se dejaron fuera de las denominaciones actuales como DOC o DOCG porque salieron de las reglas enológicas italianas, utilizando quizás variedades de uva extranjeras, o por la forma de crianza de los vinos, pero que lograron ganarse el respeto y reconocimiento de calidad a nivel mundial, alcanzando también precios astronómicos.
Italia tiene más de 500 variedades de uvas y alrededor de 50,000 bodegas (de todos tamaños) distribuidas en sus 20 regiones, produciendo diferentes tipos de vinos, gran parte de los cuales se producen para consumo local y no salen del país, muchos de ellos excelentes vinos artesanales y vinos de autor.
Algunas de las regiones con sus variedades de uvas más importantes son:
Piemonte: es donde se produce uno de los vinos italianos más famosos: el Barolo con la uva Nebbiolo. Además se produce Barbaresco, Gattinara, Nebbiolo d´Alba (también con Nebbiolo); Nizza y Barbera d’Alba con la uva Barbera; Dolcetto d´Alba con Dolcetto, Moscato d´Asti con Moscato bianco y Gavi con la uva Cortese, entre otros.
Toscana: es donde se producen los vinos Chianti, Brunello di Montalcino, Rosso di Montalcino, Vino Nobile di Montepulciano, donde la uva Sangiovese juega un papel importante. También se producen los famosos “supertoscanos”, como Sassicala, Solaia, entre otros. Es una región importante también en la producción de Vin Santo.
Veneto: se producen los vinos Soave con la uva Garganega; los vinos de Valpolicella, Ripasso, Amarone, con las uvas Corvina, Corvinone, Rondinella y Molinara mayormente. También se produce el famoso Prosecco con la uva Glera, entre otros.
Trentino-Alto Adige: es donde se producen algunos vinos blancos importantes a base de uvas como: Schiava, Gewürztraminer, Traminer, Müller-Thurgau, Sauvignon y vinos tintos con uvas como Teroldego, Lagrein y Pinot Noir, entre otras. Aquí se producen también excelentes vinos espumosos método clásico bajo la denominación Trento DOC.
Emilia Romagna: es donde se producen los famosos Lambruscos. También la uva Sangiovese encuentra aquí una excelente expresión bajo la denominación Sangiovese di Romagna y las uvas Trebbiano, Pignoletto y Albana.
Puglia: destaca por las uvas Negroamaro bajo la denominación Salice Salentino DOC y Primitivo bajo la denominación Primitivo di Manduria DOC, entre otros.
Sicilia: se producen aquí vinos de una larga historia como el Marsala y el Passito di Pantelleria. Las uvas Grillo, Catarratto, Inzolia, Malvasia, Zibibbo, Frappato, Nerello Mascalese y Nero d´Avola aquí encuentran una expresión auténtica.
Otras regiones importantes son:
Lombardía (de donde son los espumosos con método clásico bajo la DOCG Franciacorta y se producen vinos con uvas Nebbiolo bajo la DOCG Valtellina Superiore, entre otros)
Umbria (destaca la uva Sagrantino...),
Campania (destacan las uvas Falanghina, Greco, Fiano, Aglianico...),
Marche (uva Verdichio),
Basilicata (uva aglianico),
Abruzzo (montepulciano) y
Sardegna (uvas Cannonau, Vermentino, Vernaccia...) entre otras.
He mencionado algunas de las regiones productoras de vino más grandes de Italia, pero, sin dudas, para apreciar plenamente su oferta, vale la pena ser aventurero y degustar vinos de diversos orígenes porque existen muchos tesoros escondidos.
Concluyendo
Si buscamos responder al por qué son tan famosos los vinos italianos, encontraremos, además de los factores que indudablemente avalan su calidad, el hecho de la influencia de la imagen que produce Italia en el consumidor típico. El amor instantáneo por sus tradiciones culinarias y su cultura genera una apreciación muy positiva de sus productos y al menos esa sensación de “vale la pena explorar este producto porque es italiano”. Especialistas señalan que la imagen general de Italia ayuda a vender sus vinos. Hay un romance en viajar a Italia, la comida, el vino, sabe mejor en Italia y la gente intenta recrear esa experiencia en casa.
La variedad también ayuda. Existe una gran cantidad de uvas italianas y de vinos, desde tintos ligeros hasta fuertes, blancos crujientes o redondos, rosados refrescantes...etc. Esto ofrece las opciones necesarias para mantener el interés del consumidor y también ayuda a que existan vinos de excelente calidad mucho más asequibles.
Aparte, la popularidad de los vinos italianos, independientemente de la región, está en que son consistentemente satisfactorios y, casi sin excepción, sobrepasan en calidad con respecto al precio.
¡Hasta pronto! :)
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