Ya sé que el vino está hecho para beberse, que es una lástima abrir una botella y no acabarla, pero seguramente más de una vez te ha pasado que has tenido que guardar el remanente del preciado líquido porque no has podido terminarlo.
Ahí es cuando surgen las preguntas: ¿Cuánto tiempo el vino conservará sus características? ¿De qué modo puedo conservarlo mejor?
¿Qué pasa con el vino cuando se ha abierto la botella?
La exposición prolongada al aire (más de una semana) o al calor hacen que el vino comience a oxidarse, como una manzana cuando se pela y se deja al aire libre.
Los efectos de la oxidación hacen que la composición frutal del vino comience a cambiar, la frescura, la vivacidad y el aroma se pierden para crear una sensación apagada y desagradable en boca. Muchas veces decimos que el vino se ha vuelto un vinagre.
La rapidez con que se produce el proceso oxidativo depende mayormente de la cantidad de oxígeno que toca la superficie del vino al almacenar el vino abierto y del tipo de vino del que se trate.
La acidez influye directa y positivamente en la conservación del vino, inhibiendo el desarrollo de microorganismos. En estrecha relación aparecen los taninos y los azúcares. En general los vinos con mayor acidez, tánicos o dulces se conservarán más tiempo.
Por ejemplo, la uva Nebbiolo asociada al Piamonte en Italia, se caracteriza por altos niveles de acidez y por sus taninos. Un vino Barbaresco o Barolo (que se elabora con esta uva), se conservará mejor una vez abierto que un Pinot Noir caracterizado por baja acidez y bajos taninos.
¿Qué se recomienda hacer para conservar mejor el vino una vez abierto?
La recomendación fundamental es que el vino esté en contacto con el mínimo aire posible.
Se debe mantener la botella alejada de la luz y en posición vertical para minimizar el área de superficie expuesta al oxígeno.
Se recomienda tapar el vino después de verter cada copa. Esto se puede hacer con su propio tapón, pero si deseas ir más allá en la conservación existen tapones especiales que alargan la vida del vino una vez abierto.
Por ejemplo, las bombas de vacío (vacuum pump) cuyo objetivo es eliminar el aire de la botella y crear un buen sellado para evitar que entre aire.
En el caso de los vino espumosos existen tapones especiales (sparkling wine stopper), que si bebes a menudo este tipo de vino y no sueles terminarlo es muy recomendable comprar uno.
Alternativamente, existe un sistema llamado Coravin (no suele ser barato), que permite extraer justo la cantidad de vino que se quiere beber sin descorchar la botella. El clásico es como una "pistola", que perfora el corcho de la botella a través de una aguja muy fina y le inyecta gas argón en el espacio que queda en la botella una vez se extrae el vino. Actualmente existen diversos modelos que se ajustan a los consumidores más exigentes.
Como ya mencionamos, las altas temperaturas también oxidan el vino. Si lo guardas a baja temperatura, por ejemplo, en el refrigerador que es el lugar donde clásicamente lo guarda la mayor parte de los mortales, podrás ralentizar su deterioro.
En general la mayoría de los vinos durarán abiertos entre 3 y 5 días antes de empezar a perder sus características iniciales. Siempre enfatizamos que no todos los vinos son iguales y en la conservación pasa lo mismo que en todo lo demás, dependerá de cada caso particular.
Por eso quizás soy un poco escéptica acerca de dar fórmulas que generalizan, pero sabemos que la gente aprecia mucho estos métodos rápidos, por lo que a continuación se describe en líneas generales cuánto tiempo se pueden conservar los diferentes tipos de vino.
Vinos blancos y rosados
Aguantan aproximadamente 3 días tapados con su corcho en el refrigerador. Si son más ácidos pueden durar hasta 7 días.
Tener en cuenta que estos vinos tenderán desde el inicio a perder la fruta y volverse menos vibrantes. Personalmente con 7 días ya no lo bebería, pero dependerá de cada vino y cada paladar.
Vinos tintos
En términos generales, se puede decir que los vinos tintos se pueden conservar con sus tapones de corcho en un lugar fresco y oscuro durante 3-5 días.
En climas cálidos se recomienda guardarlos en el refrigerador y antes de beberlos sacarlos unos minutos para que adquieran la temperatura adecuada.
Cuantos más taninos tenga el vino más durará la botella abierta.
Vinos dulces y fortificados
Tienen un ciclo de vida más largo una vez abiertos y se conservan de 7 a 28 días en un lugar fresco y oscuro o en frigorífico. Cuanto más dulce sea el vino más tiempo durará abierto.
Vinos espumosos
Si alguna vez has probado un vino espumoso después de 2 días en el refrigerador, por ejemplo un Prosecco, habrás notado que pierde todo su encanto y sus características esenciales desaparecen.
Estos vinos pierden rápidamente sus burbujas una vez abierta la botella. Por tanto, son los que menos tiempo aguantan después de abiertos.
En muchas publicaciones relacionadas con el tema se dice que se pueden conservar durante 1 a 3 días en el frigorífico, siempre con un tapón especial de vino espumoso.
Respecto al tercer día, personalmente tengo mis dudas, pues he tenido pésima suerte y nunca he conseguido que ese remanente tenga características ni medianamente decentes en un tercer día.
Espero que este post te haya servido de ayuda para entender más y mejor el mundo del vino.
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Hasta pronto! ;)
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